Recientemente fui a un salón de estilismo que recortan el pelo tanto a niñas y mujeres, como a niños y caballeros. Allí había un un barbero joven y una fila de niños haciendo turno para recortarse con él (parece que él le daba la confianza a los niños que le iba a complacer con el recorte que pedían). Estaban acompañados de su mamá o papá. Claro está, pronto es el comienzo de clases y se preparaban para ello.
Me trajo tanta nostalgia el momento, ya que mi papá fue barbero muchos años, desde antes que mis hermanos y yo hubiéramos nacido. Cuando la familia fue creciendo y era más difícil ir a cuido o que fueran a nuestra casa a cuidarnos; nuestros padres tomaron la decisión de poner una barbería en lo que era el balcón de la casa y así entre recorte y recorte papi estaba pendiente a nosotros. Los más grandes, a su vez, ayudábamos a cuidar a los más pequeños.
El barbero joven pensaría, mientras yo lo observaba, que quizás él me atraía mucho (por cierto era guapísimo); pero en realidad me hizo recordar cuántos niños se iban a recortar en la barbería de mi papá antes del comienzo de clases. Dos semana antes, la barbería se pasaba llena y la alegría de empezar las clases y el reencuentro de algunos en el lugar, era notable.
Gracias a esos días de mucho trabajo para mi papá, mami podía completar para comprar lo que necesitábamos para el comienzo de clases. De por sí eran 6 pares de zapatos nuevos, uniformes, 36 libretas (6 para cada uno); libros, lápices, forros para las libretas y libros y muchas cosas más.
Me parece ver a mi papá, con su uniforme blanco, las tijeras y la peinilla… y la barbería llena. Su lema (escrito en una piedra grande que pintó en fondo blanco): “Reciba el toque mágico de Pepe Montes”.
Nostalgia.. linda época con mami, papi y mis 5 hermanos, la familia completa, todos juntos.