Una noche de terror:
La tarde de ayer se presentaba como una muy especial, ya que iba a buscar a mi esposo José a casa de su mamá en Vega Alta. Esto es así ya que doña Haydeé estuvo cinco semanas hospitalizadas y por fin llegaba a su hogar. José había estado dos días y medios sin dormir acompañándola en el hospital.
En el transcurso de dejar a doña Haydeé con las comodidades que su condición requería nos quedamos un ratito en la casa hasta el atardecer. Comenzó a llover torrencialmente.
Ahí comienza mi noche de terror.
Después de más de dos horas continuas de lluvias, cuando escampó un poquito decidimos salir para llegar a nuestra casa. Lo primero que encontramos fue que no había alumbrado por el área. Luego nos encontramos con un poste caído. Nos viraron y entonces José decidió ir por una urbanización para llegar al área que nos llevaría para salir al expreso. Pero, sorpresa, por todas las calles que entrábamos estaban inundadas. No podíamos ir hacia Vega Baja para encontrar el camino para el expreso, ya que regularmente con cualquier lluvia la Carr. #2 en esa área se inundaba, así que asumimos que estaba ese camino también inundado. Ya en este momento mi stress había aumentado terriblemente.
Bueno, la alternativa que quedaba y que José tomó fue ir por los campos para salir a otro sector de la #2 y poder llegar al área para tomar el camino al expreso. Si creía que había estado en un área oscura, aquello no era nada. Aquí sí había oscuridad, sólo se veía un poco frente a la guagua. El camino estaba casi inundado. El punto culminante fue cuando llegamos a un área con un árbol caído. Cubría un noventa por ciento de la carretera. Había un carro al frente que parecía paralizado ante la situación. José decidió pasar por el poquito espacio que quedaba y por el lado del borde. Fue horrible, por lo que podía pasar. Por mi mente pasaron mis hijos, mi familia, mis mascotas, mi hogar, todo.
Seguimos el camino y seguíamos con la oscuridad y los caminos con mucho agua. Pasamos un puente con mucho cuidado. Por fin, llegamos a la #2 y cerca del camino para llegar al expreso. Había un tapón horrible pero después de un rato por fin llegamos al Expreso y luego llegamos a nuestro hogar. Llegué con un horrible stress y dolor de cabeza por la gran tensión que pasamos, pero agradeciendo al Dios Todopoderoso por darnos la oportunidad de llegar a nuestro hogar sanos y salvos.
Por fin había terminado mi noche de terror.
Al ver las noticias nos enteramos de todo lo sucedido en este sector, incluyendo que había colapsado el puente que habíamos pasado anteriormente.