Un día de paseo

En estos días calurosos de verano José y yo decidimos salir de la rutina y dar un paseo por nuestro amado Puerto Rico. 

El camino para llegar a nuestra primera parada estaba llena de hermosos flamboyanes, tanto rojos como amarillos, y ya para comenzar, eso nos hizo el día. Luego llegamos a la Finca El Girasol en Guánica, al sur de Puerto Rico. Nos encantó ver cientos y cientos de bellos girasoles y el gran contraste con el azul del cielo. ¡Fue maravilloso! Allí me enamoré de éstos y terminé comprando dos (que ya estaban cortados) para adornar mi hogar.

Luego nos fuimos para La Parguera, un lindo lugar para pasear. Muchos aprovechan la oportunidad para utilizar sus botes o alquilan unos para ir a los variados islotes que hay en el área. Allí en La Parguera almorzamos, José mofongo con carrucho y yo mofongo con camarones, más limonada y piña colada… y pasamos un buen momento. Al terminar volvimos al auto, subimos por una cuesta y vimos la hermosa vista que incluía lo verde del área y la playa al fondo. Allí me emocioné mucho al ver desde allí como nuestra Isla se ha recuperado luego de los terribles huracanes Irma y María en septiembre de 2017.

Bueno, decidimos no regresar por la ruta que habíamos llegado y tomamos una ruta por entre las montañas. Eso conllevaba curvas y más curvas con barrancos a los lados. Tremenda experiencia. Se nubló un poco y cayó un pequeño aguacero que hizo que hubiera un poco de neblina. Paseamos por los pueblos de Las Marías y Maricao y nos encontramos por el camino varios ‘túneles” o “puentes” de árboles; incluyendo nuevamente los flamboyanes rojos y amarillos.

Paseando y paseando llegamos al municipio de Lares, el cual es un pueblo montañoso y está en el área de la Cordillera Central. Es conocido como el pueblo de “El Grito”; ya que el 23 de septiembre de 1868 hubo un intento de proclamar la República de Puerto Rico. Para nosotros dos fue nuestra primera visita a Lares… ¡y nos encantó!  La plaza, pequeña y hermosa, con monumentos de recordación de esa gesta patriótica e histórica y con la Catedral San José de fondo. La temperatura ideal. Aprovechamos la oportunidad para visitar una de las heladerías famosas del pueblo y probamos esos deliciosos helados.

Seguimos nuestro caminar y pasamos por el pueblo de Hatillo y más adelante llegamos a Arecibo, al norte de Puerto Rico. Allí paseamos por todo el borde de la playa o el Mar Atlántico viendo los diferentes kioskos, personas y residencias. Ya estaba comenzando a anochecer, pero pudimos ver la Estatua de Cristóbal Colón, que tanta controversia ha conllevado. Esta es una de las estatuas más altas del mundo, con una altura de 268 pies y un peso aproximado de 6.5 toneladas. Comparándola con la Estatua de la Libertad, cual mide 151 pies; pero al añadirle su base, la misma mide 305 pies. 

Continuamos nuestro caminar por el norte para llegar a nuestro hogar, dulce hogar.  

Le doy muchas gracias a Dios por permitirme haber nacido en esta hermosa tierra y tener la oportunidad de haber conocido y disfrutado ese día de nuevos paisajes, lugares y pueblos.

Aprovecho la oportunidad para colocar algunas fotos para recordar ese lindo día de paseo.

 

Rodeada de girasoles.

Girasoles y girasoles.

Entre los girasoles.

Vista de La Parguera.

En La Parguera.

Los almuerzos.

En La Parguera.

La neblina en el camino por las montañas.

Aunque la foto no muestra el árbol de flamboyán amarillo en todo su esplendor, decidí ponerla para recordar los bellos árboles del camino.

En la plaza de Lares.

 

Anuncio de la Heladería.

Con los helados.

Catedral San José en Lares.

Estatua de Cristóbal Colón.

 

 

Un huracán para la historia

Hace unos meses que no he pasado por aquí para saludarles y comentarles sobre “mi mundo” así que comenzamos.  

A diez meses del paso de los huracanes Irma y María les puedo afirmar que el mes de septiembre de 2017 será inolvidable para todos los puertorriqueños y los que residen en mi querido Puerto Rico. Sufrimos los vientos de dos enormes huracanes; el primero dejó muchos pueblos sin los servicios básicos de agua y luz y sin techo a muchas familias. Pensábamos que nos podíamos recuperar de éste en términos de tiempo razonable. De hecho, empezamos a recibir personas de las islitas cerca de nosotros que sufrieron enormemente la destrucción de sus hogares y ciudades para ayudarles a ellos.

Sin embargo, lo inesperado pasó y llegó el segundo huracán categoría 5 en cuestión de días de diferencia. Éste entró a Puerto Rico por el área este y en cada rincón se sintieron sus fuertes vientos. Dejando a nuestra Isla en total oscuridad, la mayoría sin agua potable, sin comunicaciones (celulares, internet, televisión). Muchas residencias sufrieron daños, otras se afectaron por las inundaciones y otras fueron pérdida total. Además de todo esto, la naturaleza cambió sus colores de verde a marrón. Fue impresionante ver en nuestra primera salida encontrar postes de luz en el suelo, al igual que árboles y muchos escombros en el camino.

Ha sido un tiempo muy difícil para todos. El conseguir artículos básicos como medicinas, comida, agua y gasolina se convirtieron en un caos total; al igual que el dinero para adquirir éstos, ya que los bancos estaban cerrados o abiertos poco tiempo. Lograr tomar simplemente un vaso de agua fría se convirtió en un gran logro, porque era casi imposible el conseguir hielo para uno refrescarse o para los que necesitaban tener medicamente fríos. Guiar se convirtió en una carrera llena de obstáculos, ya que no habían semáforos funcionando. Al no haber luz, salir de las casas después de las 6:00 pm era un riesgo, porque las carreteras estaban en penumbras. Lavar ropa a mano y bañarse con agua fría fueron la orden del día.

En mi caso, estuve más de ochenta días sin energía eléctrica y vemos que en algunas áreas poco a poco vamos hacia adelante. Muchas organizaciones trabajaron grandemente para dar comida a quien no tiene y ayuda en un sinnúmero de formas.

Aprovecho la oportunidad para agradecer a todos los voluntarios y empleados públicos que están haciendo lo posible por restaurar los servicios básicos y ayudando a familias para que sigan hacia adelante y para siempre seguir llamando a mi querida Isla, “Preciosa”.

Nota: El árbol de flamboyán tan lindo y que anteriormente había comentado en un post, se partió y cayó por los fuertes vientos del huracán María.

 

Manatí, Puerto Rico, después del paso del huracán María. Marcia Soto/Facebook

 

Foto de El Nuevo Día – Portada Morovis

Foto de El Nuevo Día – Portada Cosecha

Foto de El Nuevo Día – Portada Torres Barceloneta