Mi sombra

Carlota, mi querida gatita; hoy se cumplen cuatro años de tu partida y hasta ahora es que puedo compartir con ustedes mi gran amor por ella.

Llegó a mi vida el 18 de diciembre de 2004 de una forma curiosa. Después de unos días bien fuertes debido al inesperado fallecimiento de mi papá, mi familia y yo decidimos ir al albergue de animales en San Juan para llevar a nuestro primer gatito (Canito) a esterilizar, el cual llevaba solo tres meses con nosotros.

Mientras esperábamos por Canito, nos pusimos a ver los otros gatitos que estaban para adopción. Me llamó mucho la atención Carlota, pero no pensé en adoptarla hasta que salió uno de los veterinarios que nos comentó que “ojalá alguien la adopte hoy, porque si no tendrían que sacrificarla porque ya tenía 10 meses y las personas buscaban solo a los gatitos bebes”. Ya entenderán como me puse, ya que aún tenía a flor de piel el recién fallecimiento de papi y no quería pensar que eso le podría pasar a la gatita.

Casi inmediatamente dije: “la quiero”. Y efectivamente ella fue mi gran regalo de Navidad. Mis hijos, a los que no les gustan los nombres comunes para los gatos, le pusieron el nombre de Carlota.

Durante 13 años fue mi gran compañera. En ocasiones pensé hasta en cambiarle el nombre a “Mi Sombra” porque dondequiera que estaba me perseguía. En los últimos años de ella y en los cuales ya estaba en mi casa sin tener que salir a trabajar, siempre me acompañaba para todos lados y también cuando prendía la computadora se me sentaba al lado.

Qué más puedo decir que le doy muchas gracias por ser mi hija gatuna, mi linda muñequita con pelaje suave y grandes ojos azules.

 

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